10/2/13

01



deslizar
el arbusto 
a pulmónaire
labios laborando
el rocío matinal
como el pliegue de una vela.

la rueca hilandera
ata lo convulso a la orilla
donde el hielo se funde antes
y el caimán espera
para redactar su gastronomía
arrastrando a los comensales
por el fango. A.

en lo sucesivo las presas
airosas han de mantenerse en forma
recorrer largas distancias.
encontrarse con señores y señoras de todo tipo
ejercitarse en la pastoral
hasta digerir la llamada
en la noche estigia 
y en el sueño a la deriva,
la postal
el mar que persigue como una pulpa
a los seres continentes
como un sabueso a la zaga.

perturbar el bálsamo
asimilar la corteza
como mirador
pisando el lodo seco
y sentir todavía blando
            el tejido
    el manto de la tierra.

-         Tú que lo traes
deja el cuerpo
el barco como una hoja
casi mustia al arroyo
dame un rastro, una raíz, un soplo
como un mandala en un sueño
o un hallazgo en un barreño,
no es necesario explicarlo
el mito y la historia
tampoco
son                 prolongación de un cuerpo
-         Nido.

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