16/4/13

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PRE-SCRIPTUM

Lanzar una mirada a ras de suelo

para sentir el aliento de las reses trashumantes

beber la convulsión del invierno

depurar el hueso al reluz del verano

y dices digo algo palabras

sueltas

como piedras que aguardan

¿aguardan qué ?

dime lo qué debo decir

dónde coincidir dónde.

La casa está vacía, las escobas parecen árboles

respiran el vacío

el rastro de piedras hacinándose

desnudando tu cuerpo de cansancio.

No es una muerte lenta

es una muerte desde la infancia.

Habrá ley y orden en este país.

Envenenaremos la tinta del dinero.

Me mantengo en una tachadura, aguanto

el espejo como una báscula

de ceniza,

recojo el acordeón  -szünet-

y aprieto los huesos,

tu cuerpo asesinado es trasparente y lleno de risas

¿quieres taparlo ?

pero el requisito acoge el erizo

con la mano abierta, comiendo de su vientre

la resurrección, la concha le queda pequeña

hasta la siguiente corrección analógica

                engendrar

                la copia

                otra cosa

el rostro siempre es una regla, una iluminación caótica

un autorretrato

que sobrevuela un mar de nubes

satisfecho torna calmado por el polvo de las estrellas

hasta el tegumento que habitan insectos y gusanos

y las conchas egóicas                                 –de paso

el cielo parece no querer nunca preguntar

ni mancharse por los límites,

el cielo sólo es cielo en su caída

en esa larga ocultación de lo que soy

¿pero qué soy ? Yo, dije.

Una raíz germina hasta el vértigo y grita

para no perder pie y no cesar de fluir a la vez.

Tormentas de tierra preñando la nostalgia.

Vacilo al decir yo, caigo sobre la ruina impregnada

sobre el otro, los otros me abrazan

y no son ni tú ni yo

sino la totalidad

resonante al rutilar el caparazón.





poema tal vez inspirado en el film “Sátántangó” de Bela Tarr,
 

4/4/13

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No sabes mucho

esperas un rato

pero haces una pelota con la hoja

y más tarde,

un golpe seco suena en la habitación contigua

durante horas

al final hace algunas pausas y de un momento

a otro escucharás la voz del vecino

inevitable

estruendosa y a-cosante  /   vuelve a la carga

de nuevo el golpe seco

a veces parece los pasos de una escalera

y otras, cuando cesa

se exhiben como cartas de un juego extraño

las fisionomías del silencio tan constante

tan juego

como la habitación de un cosmonauta lanzado al mar

marcas trazadas hace ya tiempo en el sol quizás

de cuando te acercaste demasiado y eras

una singular molécula en un microscop i ©


Fa-           cción

csimilado

como el verso de un poema de una matrioska

escrito en un lazo rojo en la rama de un árbol

una fotografía de joven, hermosa, abrazada al zorro

y aquel verso en la barra de bar mientras

volteándose en bandada

unos periódicos apolillados en la esquina.

 

Fijas tu mente en la magia para descubrir tu mente

voilà – volere

vacilas al pensar, describes la trampa

las mismas caras en las mismas nubes

la arena del rostro dormida en un desierto

y continúas remando hasta llegar a la isla.

 

hasta el epílogo y refundar / afirmar / la envoltura brumosa que cruza el bosque lamiendo salubre el cuerpo que duerme sobre la nieve / intimidad sin rechazo y dejar que el bosque entre en el cuerpo del no nato
 / la pausa /
entrara en la copa de la habitación absorbiendo la sangre caliente que brota antes del nacer / antes del despertar / aureolar la superficie hasta la disforia / hasta adquirir el producto anunciado con la sonrisa criminal del vendedor de almas / no estás solo









       del film [Un hombre que duerme] –Georges Perec, Bernard Queysanne.

                     “ ....ya no eres el dueño anónimo del mundo, aquel sobre el cual la historia no tenía poder, aquel que no sentía caer la lluvia, que no veía venir la noche. / Ya no eres el inaccesible, el límpido, el transparente.”





dormir

tener el mundo en un sueño quizás

como un hisopo de acantilados

o un arpón de renuncias

dormir igual

cuando no se tiene donde

o

arrastrar sobre el hielo el jadeo contrario

la fábrica

            Cuatro puentes para cuatro surcos

            no se silba al caer

            se construye una casa

            no se sostiene si no es desde arriba

 

( LA VIGA MAESTRA )

 

La escalada del poder de autodestruirse se convierte en el rito ceremoniable en las sociedades hondamente confeccionadas. Mismamente cualquier puerta se convierte en mercancía. 

Anciano- Las gaviotas cada vez están más hambrientas.

Niño- Hay más gaviotas que antes también, mi abuelo me contaba que antes

las gaviotas volaban 

por encima del mar.

Anciano- Antes el mar y la tierra se sentían más unidos.

Niño- ¿Cómo en un helado de feria?

Anciano- No. Como en un cielo trabajado por un herrero, tañido por el arrojo de dos hermanos.


Niño- ¿Un cielo de hierro?

Anciano- Así es. Los veranos de la vida lo han oxidado, es probable que las cadenas               desobedezcan como un magma arrancado de los fieles, en la entraña de la huesa.


Niño: Entonces las gaviotas vuelan cargadas de una provisión, la tierra hollada para

      enterrar la cabaña próspera y fatal.

 

un olor félido y rancio envuelve la escena, el niño y el anciano echan a volar

3/4/13


El sol desciende por el oeste

Girando la faz

Enmudeciendo la sabia con un parto prematuro;

una luna que disfruta de sangre noctívaga.

 

Así es que decido tupirme con nidos abiertos al cielo

Al labio inferior de la aviadora acróbata

Desparramar mi lengua en la húmeda yerba.

 

Ahora que no hay retorno iré al laberinto sedoso

De mi alma sin el caparazón de la memoria

 

Entretejerme

 

Al velatorio de mis pasos y besar

Este parque

Esta ciudad desdentada

Este pasto de enunciados en combustión.

 

Sonríe la noche el entresijo moribundo

De mis cuadernos indisciplinados

Repletos de párrafos cansados.

 

La fatiga del que no tiene nada que perder

Y se sienta debajo de un árbol.

 

En las frondosas cunas de un fuego versado

en el trino de nuestra existencia

Bruma escarlata

Que confina

una inmovilidad transida.

 

Cae una hoja con el mapa del amor

Y mis párpados susurran con tenue fantasía

La nostalgia del sueño

La aguja de nuestros corazones abrazándose.

 

//soñar con otra vida

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