4/4/13





dormir

tener el mundo en un sueño quizás

como un hisopo de acantilados

o un arpón de renuncias

dormir igual

cuando no se tiene donde

o

arrastrar sobre el hielo el jadeo contrario

la fábrica

            Cuatro puentes para cuatro surcos

            no se silba al caer

            se construye una casa

            no se sostiene si no es desde arriba

 

( LA VIGA MAESTRA )

 

La escalada del poder de autodestruirse se convierte en el rito ceremoniable en las sociedades hondamente confeccionadas. Mismamente cualquier puerta se convierte en mercancía. 

Anciano- Las gaviotas cada vez están más hambrientas.

Niño- Hay más gaviotas que antes también, mi abuelo me contaba que antes

las gaviotas volaban 

por encima del mar.

Anciano- Antes el mar y la tierra se sentían más unidos.

Niño- ¿Cómo en un helado de feria?

Anciano- No. Como en un cielo trabajado por un herrero, tañido por el arrojo de dos hermanos.


Niño- ¿Un cielo de hierro?

Anciano- Así es. Los veranos de la vida lo han oxidado, es probable que las cadenas               desobedezcan como un magma arrancado de los fieles, en la entraña de la huesa.


Niño: Entonces las gaviotas vuelan cargadas de una provisión, la tierra hollada para

      enterrar la cabaña próspera y fatal.

 

un olor félido y rancio envuelve la escena, el niño y el anciano echan a volar

1 comentario:

batalla de papel dijo...

El diálogo entre el niño y el anciano es simplemente hermoso pero el mundo contaminado en el que viven y vivimos es terrible.
Ójala también pudiese echar a volar.
Un beso

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