Mi paz tiene un borde o boca
un cuestionario para pájaros sin doma
en lo oscuro,
arden, expían preguntas y alumbran
el acebo en esta orilla que ya no se detiene.
Hay palabras que se arrastran como muebles hacia el torpe
trozo —centro- que desea la boca y acorta
la respiración
ante el manojo de niños que constelan la casa.
Las nubes no se detienen.
Las nubes y los niños y los pájaros arrastran
las pavesas describiendo la parcela arrasada.
Entre todos, hacemos la soledad.
Mi paz, borde o boca
rostro que se resiste a la posedumbre
y a las penalidades de una tierra estéril celebra la ceniza y la fatiga.
Los niños aprenden el rostro.
Los pájaros desprenden la rama.
Las nubes todavía dulces, conservan mi cabeza en la altura.
Aquí medito
alejo mi boca para alcanzar otras aves
para estar contigo
y para que mi boca medite tus males
y caigan
para no levantarse más.
Mientras.
En la punta de una flecha cuelga tu miedo
apunto a un espejo vacío
que late
nada más.
Mi meditación
un
rostro.
(pienso en verso)
/meditación.
1 comentario:
Que sigan esas nubes...
Un beso
Publicar un comentario