deslizar
el arbusto
a pulmónaire
a pulmónaire
labios laborando
el rocío matinal
como el pliegue de una vela.
la rueca hilandera
ata lo convulso a la orilla
donde el hielo se funde antes
y el caimán espera
para redactar su gastronomía
arrastrando a los comensales
por el fango. A.
en lo sucesivo las presas
airosas han de mantenerse en forma
recorrer largas distancias.
encontrarse con señores y señoras de todo tipo
ejercitarse en la pastoral
hasta digerir la llamada
en la noche estigia
y en el sueño a la deriva,
y en el sueño a la deriva,
la postal
el mar que persigue como una pulpa
a los seres continentes
como un sabueso a la zaga.
perturbar el bálsamo
asimilar la corteza
como mirador
pisando el lodo seco
y sentir todavía blando
el tejido
el manto de la tierra.
-
Tú que lo traes
deja el cuerpo
el barco como una hoja
casi mustia al arroyo
dame un rastro, una raíz, un soplo
dame un rastro, una raíz, un soplo
como un mandala en un sueño
o un hallazgo en un barreño,
no es necesario explicarlo
el mito y la historia
tampoco
son prolongación
de un cuerpo
-
Nido.
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