Ayer acabé
mi primer poema
justo después
sí después
sí después
comencé a
perder la virginidad
la mención
del arcángel
la
erección astillada del alma
el antes
escabullido en la cuchilla
pétalo,
entreabierta
y poder
decirlo todos los días
conozco a
leerte nada a cambio
la larva
tras la corteza y las hojas caídas
para el ferreiriño azul
el gato
encaramado
al nido
hecho sobre una farola
al cruzar el
puente,
que bosteza
perezoso
con un
ligero sabor amargo de hierba
los siete
días
escarba
de un modo ecuánime la tierra
hasta
encontrarse con uno mismo
fértil
anido
la sustancia
madura por la experiencia
la masa del
lienzo inacabado
la hacienda
marcada
el catastro frente el atlántico,
tumbas y
santuarios horadados
tan solo por
el hambre del cincel
y la mentira del cielo
y la mentira del cielo
que surca el-/-nuestro
germen leguminoso
como un
susurro levita
en este
domingo lascivo
o sanguinolento
o en un
lunes
por el calor
del aire
cuando se
sabe sucesivo
gotea
gotea
contaminado, contra la cara
como un
traje de ciencia ficción aplicada
a uno
diván o
deshecho de ramas
evalúa
reverencia
la hoja
organiza
consciente
de que saber no es nada
y retener la
respiración
involuntariamente
y latir
tenue, amaneciendo con el cerrojo
en
desbandada, desnuda, su aire
respirándose,
aumentando el vacío
enlutando la
genealogía del poema
con el
vínculo todavía virgen
con la
fecha.
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