dormir
tener el
mundo en un sueño quizás
como un
hisopo de acantilados
o un arpón
de renuncias
dormir igual
cuando no se
tiene donde
o
arrastrar
sobre el hielo el jadeo contrario
la fábrica
Cuatro puentes para cuatro surcos
no se silba al caer
se construye una casa
no se sostiene si no es desde arriba
( LA
VIGA MAESTRA )
La escalada del poder de autodestruirse se convierte en el rito
ceremoniable en las sociedades hondamente confeccionadas. Mismamente cualquier
puerta se convierte en mercancía.
Anciano- Las gaviotas cada vez están más
hambrientas.
Niño- Hay más gaviotas que antes también,
mi abuelo me contaba que antes
las gaviotas
volaban
por
encima del mar.
Anciano- Antes el mar y la tierra se sentían
más unidos.
Niño- ¿Cómo en un helado de feria?
Anciano- No. Como en un cielo trabajado por
un herrero, tañido por el arrojo de dos hermanos.
Niño- ¿Un cielo de hierro?
Anciano- Así es. Los veranos de la vida lo
han oxidado, es probable que las cadenas desobedezcan como un magma arrancado de
los fieles, en la entraña de la huesa.
Niño: Entonces las gaviotas vuelan cargadas de una provisión, la tierra hollada para
enterrar la
cabaña próspera y fatal.
un olor félido y rancio envuelve la escena, el niño y el anciano echan a
volar
1 comentario:
El diálogo entre el niño y el anciano es simplemente hermoso pero el mundo contaminado en el que viven y vivimos es terrible.
Ójala también pudiese echar a volar.
Un beso
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