froto
el trazo en la punta de un lápiz
lo
hago respirar
me
dicta
donde
la sombra ejercita trashumancia
y descalza
por la cocina
dejas
deslizar.
Es
en mi exterior que (nos)
sucede
El
mundo. Los mundos. Los cuerpos. Los lenguajes.
Sin
embargo parece que cierta tendencia a la quietud
cuida
una tierna agitación, reticente ternura
como
agua estancada
flor.
Así
hasta hacer tierra
acabarla
en su único horizonte
como
una venta.
Dime,
dice el cuerpo.
Dos
pasos, tal vez tres, la burla
caer
en la conquista del espacio
un
mundo fotografiado
partido
a medida
-el
intervalo- aserta el fin de las confidencias
La
noche se rompe
se
desgaja como un reloj
y ya
no es tiempo.
Procreamos
alienados en guaridas cojas
y
sin embargo en otro margen otro
cuando
yo soy Tú -no otro
-el
temblor- el latido roza
reza
el desahucio.
Qué
ampare la ley
y
luego, la trashumancia
a
veces interfiere el desbordamiento
-¡Las
manos a la pared!-
El
nacimiento.
La
excusa .
El
parto .
[partición
-participación]
cap. IV
-CODA-
Al
escribir en arrebato
expongo
la desaparición
la
constante que martillea el recodo
en
pálpito, en la turba ya el haz
plegado
sobre la forma de lo humano
que
firma números meditantes.
Pero
puede suceder lo contrario
calmar
lo pulso la discreción tocar
desde
cada intervalo cada
final
inédito
colmena
comisura
decomisa
hay
escucha
hay
vista
unos
signos, un cuerpo…
/
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